Reducción de la jornada laboral a 4 días: la experiencia de G-Agua
Con la aprobación de la reducción de la jornada laboral a 37,5 hora semanales por parte del Gobierno español, estos días estamos hablando mucho de tiempo de trabajo, de producir más con menos horas, de descanso, de derecho a la desconexión, de vivir un poquito más y mejor.
En la Comunitat Valenciana hemos sido pioneros en la materia e, incluso, hemos ido más allá. Somos referentes en la reducción de la semana laboral de 5 a 4 días, con ayudas autonómicas para su implantación hace 4 años. De hecho, la ciudad de València acogió la primera Cumbre Internacional de la Semana de 4 Días en 2022. ¿Cómo no íbamos a intentarlo en G-Agua?
El “Tiempo de Valor” de G-Agua
¿Se puede mejorar la productividad trabajando menos? ¿Es viable para una empresa? En G-Agua siempre hemos tenido los brazos abiertos a debatirlo y a probarlo. ¿Qué mejor manera que descubrir si es aplicable que poner en práctica la semana de 4 días? Lo hemos hecho durante dos años, un camino no exento de dudas y modificaciones, y hemos llegado a una conclusión clara: los resultados han sido positivos. Así que confirmamos que, lo que empezó como un experimento, ha venido para quedarse.
A nuestro nuevo modelo lo llamamos “Tiempo de Valor” y consiste en trabajar de 7:00 a 14:30 horas de lunes a jueves, sin reducción de salario y sin incremento de precios para los clientes. Hay que decir que este cambio no ha supuesto un simple ajuste de horarios, sino una transformación profunda de nuestra forma de trabajar. Os explicamos cómo lo hemos conseguido repensando el día a día durante 2 años, por si os sirve de inspiración.
1. Los pilares de la clave del éxito
Para que G-Agua siga funcionando, el trabajo tiene que salir adelante. Así que para nosotros era importante reducir la jornada laboral sin afectar a la productividad, lo que nos ha obligado a repensar cómo trabajamos. Estas han sido nuestras claves para lograrlo:
-Poner el foco en lo importante. Nos hemos centrado en la relación eficacia-eficiencia, eliminando tareas innecesarias y priorizando lo esencial.
-El orden es la base del éxito. El desorden implica perder el tiempo, repetir procesos, usar más recursos de todo tipo… Mantener procesos claros y organizados nos ha permitido maximizar el tiempo disponible.
-Planificación estratégica. Hemos tenido que aprender a planificar incluso la improvisación, asegurando margen de maniobra para imprevistos sin afectar a la operativa.
-Confianza y generosidad de grupo. G-Agua sin sus trabajadores no es nada, y sin su colaboración no habríamos podido implantar la semana de 4 días. La transparencia absoluta ha sido la base para fomentar un entorno colaborativo y solidario, favoreciendo que cada trabajador se sienta parte fundamental del equipo.
-Comunicación efectiva. Optimizar los flujos de comunicación ha sido esencial para que el trabajo se desarrolle adecuadamente. Así se evitan malentendidos y duplicidades que, de nuevo, suponen una dedicación extra de recursos.
-Reparto del poder de decisión. Delegar y repartir la toma de decisiones ha permitido optimizar tiempos, reducir la burocracia y agilizar procesos.
-Subida de sueldos. No solo hemos mantenido los salarios con la reducción de la semana laboral, sino que los hemos incrementado. Esta medida va ligada al compromiso y a la mejora del equipo. En cambio, se han mantenido los mismos precios para los clientes.
2. Impacto en la empresa y en los trabajadores
Los resultados de la reducción de jornada en G-Agua han sido visibles tanto a nivel empresarial como en el bienestar del equipo en los siguientes aspectos:
-Mayor productividad. El tiempo disponible se aprovecha mejor. Se eliminan distracciones y tiempos muertos.
-Menos estrés y mayor conciliación. La calidad de vida de los trabajadores ha mejorado notablemente, favoreciendo la motivación y el compromiso con la empresa.
-Menos rotación de personal. La fidelización del talento ha crecido, convirtiéndose en un factor diferencial para atraer nuevos profesionales.
-Mantenimiento de la rentabilidad. Como decíamos, no ha sido necesario subir precios ni reducir la calidad del servicio.
3. No es magia, es estrategia
Por último, insistir en que esta transición no ha sido espontánea ni fruto de una decisión repentina. Hemos dedicado dos años a implementarla y seguimos aprendiendo. La reducción de jornada no es una simple medida de bienestar laboral, sino un cambio estructural en el seno de la empresa que requiere un enfoque estratégico y compromiso a largo plazo.